Es un cuento ilustrado de la autora Mireille d' Allancé que se publicó en el 2000 y ha sido un buen recurso para los maestros de educación a la hora de explicar las emociones, en concreto, la ira.
Se trata de un niño llamado Arturo que no ha tenido un buen día ya que podemos ver cómo frunce el ceño en señal de enfado o en la manera de gesticular.
Cuando llega a casa su padre le pide que se quite los zapatos ya que están sucios con lo que responde Arturo lanzándolos de mala manera. Luego llega la hora del almuerzo y para comer hay espinacas lo cual disgusta aún más a Arturo y en consecuencia el padre le manda a la habitación para que se calme quedándose así sin el almuerzo.
Cuando llega a la habitación se enfada aún más y vemos cómo se pone rojo sacando así un monstruo rojo de él, dejándole al mando de sus comportamientos. Este monstruo acaba destrozando su habitación y justo empieza a calmarse cuando ve que sus juguetes también se han visto afectados.
Con esto Arturo se da cuenta que el único perjudicado es él y que no los quiere, ya que no le aportan nada, entonces empieza a colocar todo en su sitio de modo que el enfado (el monstruo) se va haciendo más y más pequeño hasta que consigue tenerlo bajo control en una cajita. Cuando él enfado ya lo tiene bajo control decide bajar las escaleras y preguntar a su papa si hay postre.
Con esto lo que se pretende mostrar a los niños es que, aunque la rabia salga de ellos esto no es todo lo que son puesto que son emociones y hay que escucharlas, todas ellas necesarias, lo verdaderamente importantes es que no nos condicionen hasta tal punto en el que perdamos el juicio.
Firma: Sihame El Azzouzi Achabbab
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