Ágata está de mal humor
- msanchezto2023
- 15 mar 2024
- 3 Min. de lectura
Este cuento se titula “Ágata está de mal humor”, escrito por la autora Jedda Robaard y publicado por la editorial EDELVIVES. Este libro va orientado a niños entre 3 y 6 años y pertenece a una colección protagonizada por animales que ayuda a los niños a reconocer, comprender y compartir sus emociones.

La protagonista del cuento es una pequeña leona llamada Ágata que desde que se levanta por la mañana le suceden una serie de cosas negativas que le llevan al límite de su paciencia.
Ágata se despierta malhumorada con el pensamiento de que todo le sale mal. Cuando se dispone a desayunar descubre que su caja de cereales está vacía, su triciclo tiene una rueda pinchada, tropieza con un juguete… En todos estos sucesos que le van ocurriendo, sus amigos intentan ayudarla y ella les contesta mal y se aleja de ellos. A su vez, con cada episodio que experimenta, su enfado va aumentando cada vez más hasta que al final rompe a llorar desconsoladamente.
Una vez que llora se siente más aliviada y procede a buscar a sus amigos para disculparse por su comportamiento, a lo que una amiga suya le responde y deja como conclusión que es normal estar de mal humor algunas veces.
Analizando el cuento, Ágata se levanta ya de mal humor y con un pensamiento negativo sobre que todo le sale mal. Cuando tenemos pensamientos negativos o pesimistas tendemos a centrarnos más en las emociones negativas como la tristeza o la rabia. Ella se va frustrando según le van ocurriendo cosas y al no saber gestionar bien la emoción, la exterioriza de forma negativa con sus amigos.
Es lícito sentirse frustrado o sentirse mal en alguna ocasión, lo importante es saber canalizar la emoción y expresarla de manera correcta. Este libro ayuda a los niños a que reconozcan la emoción de la rabia y comprender que es una emoción normal como cualquier otra, pues nos da una señal sobre algo que no nos gusta o no nos hace sentir bien. Una de las claves que nos da el cuento para canalizar la rabia sería llorar. Cuando Ágata llora se libera y se tranquiliza. Una vez que está tranquila expresa su emoción hacia sus amigos y se disculpa. Esto significa que el tipo de rabia que experimenta es transformadora, puesto que ha expresado la emoción y logra liberarse de la rabia para juntarse de nuevo con sus amigos.
De acuerdo con la historia de la pequeña Ágata, los niños no saben controlar bien sus emociones, sobre todo la ira, puesto que es más compleja y es por ello que, se frustran y se enfadan con más frecuencia. El hecho del contexto también influye en los niños, pues cuando un niño tiene una rabieta, los adultos tienden a ser severos o estrictos, pierden la paciencia, castigan, se rinden y esto afecta a la educación emocional del niño.
En conclusión, a los niños hay que proporcionarles recursos y actividades que les ayude a reconocer sus emociones, para así comprenderlas y expresarlas. Así, cuando un niño reconoce una emoción, en este caso la rabia, primero analiza la situación y después actúa sin dañar a los que se encuentran a su alrededor. Por eso es muy importante empezar la educación emocional desde edades bien tempranas.
Publicado por: María Sánchez Torres
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